muestra los Escudos de los pueblos que tenían asiento en las Cortes del Reino y las cinco Merindades (Estella, Olite, Pamplona, Sangüesa y Tudela), esculturas alegóricas del Trabajo (herrero), la Paz (con la paloma, que algún gamberro ha deteriorado), la Justicia (con la balanza, también deteriorada), la Historia (con un libro) y la Autonomía (con alas y mirando hacia la Diputación). Está rematado por una Matrona de bronce que simboliza a Navarra, con las cadenas en su mano derecha y la Ley Foral en la izquierda. Cinco placas recuerdan el motivo de su construcción y el sentido de los Fueros: “Se erigió este monumento para simbolizar la unión de los navarros en la defensa de sus libertades, libertades aún más dignas de amor que la propia vida”. "La incorporación de Navarra a la Corona de Castilla fue por vía de la unión principal, reteniendo cada reino su naturaleza antigua, así en leyes como en territorio y gobierno". "Juraban nuestros Reyes guardar y hacer guardar los Fueros sin quebrantamiento alguno, mejorándolos, y que toda transgresión a este juramento sería nula, de ninguna eficacia y valor". En euskera: "Nosotros los vascos de hoy en homenaje y recordando a nuestros antepasados, nos hemos reunido aquí para demostrar que queremos conservar nuestra ley". En euskera y escrita en caracteres de inspiración ibera: "Nosotros los vascos, no tenemos más señor que nuestro Dios; al extraño damos la bienvenida y hospitalidad, pero jamás soportaremos su yugo. Sabedlo vosotros, nuestros hijos".
En la actualidad, es un punto de encuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario