sábado, 26 de mayo de 2012

EMBALSE DE ALLOZ

EL EMBALSE DE ALLOZ es un mar de agua alimentado por el río Salado y rodeado de quejigales, pastizales, matorral y pinos. Un espacio ideal para cualquier época del año, pero especialmente para el verano. Bañarse en sus refrescantes aguas azuladas, descansar bajo alguno de sus árboles o sentirse cual Robinson Crusoe surcando el Pantano a bordo de una embarcación son algunas de las opciones en este enclave natural. 
A sólo quince minutos de ESTELLA-LIZARRA, en dirección noreste, entre los Municipios de YERRI y GUESÁLAZ, se encuentra el Segundo Embalse en importancia de Navarra, después de YESA. Un lugar fantástico para disfrutar de los deportes náuticos, la pesca o, simplemente, para relajarse.
Construido en 1930, ocupa una superficie de 930 hectáreas y tiene capacidad para almacenar 84 Hm3 de agua. Este escenario de aguas turquesas es elegido por turistas y vecinos para realizar alguna de las múltiples actividades que pueden desarrollarse en él y sus alrededores. Cada estación enseña al visitante una cara nueva del EMBALSE DE ALLOZ

En primavera y verano, se convierte en un lugar muy apropiado para estrenarse en la vela recibiendo un "bautizo" o practicar este deporte si ya se tiene experiencia alquilando distintas embarcaciones, como piragüas, tablas de windsurf y pequeños barcos de vela. El Camping Aritzaleku, en LERATE, es el punto de referencia para llevar a cabo estas y otras actividades. 
Otro de los deportes tradicionales es el surf. Y es que el EMBALSE DE ALLOZ es punto de concentración de los surfistas, ya que aquí son muy habituales los vientos de fuerza tres y cuatro apropiados para la práctica del surf y el windsurf. Además, este enclave natural es elegido por los aficionados a la pesca que suelen acudir a la cola del Pantano donde se captura, fundamentalmente, trucha, barbo y carpa. 
Otra opción interesante es el Senderismo. Como propuestas, puede pasear bordeando el Pantano o hacer un recorrido por los Valles de YERRI y GUESÁLAZ, salpicados de suaves lomas y pequeños pueblos dedicados a la agricultura y ganadería. El otoño es la mejor época para visitar estos valles, ya que las esparragueras crecidas y los viñedos tiñen el paisaje de infinitos colores. Otra opción es acercarse, a través de una pista, a Iturgoyen para ascender hasta la Ermita de la Santísima Trinidad desde donde se obtiene una excelente panorámica. 
Muy cerca, tomando la carretera que une Alloz y Lácar (famosa por sus Bodegas) reposa otra de las joyas del Valle de Yerri, Santa María de Eguiarte. Una iglesia románica de bello porte. Una construcción sumida en el misterio, lo enigmático, lo mágico.

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